Mucho se ha conversado en estos últimos años, y especialmente a partir del inicio de la pandemia por COVID-19, sobre la transformación digital del sector de la salud y su objetivo de mejorar la calidad en la prestación de servicios al paciente.

Hemos tomado nota de infinidad de opiniones sobre los beneficios de esta transformación y los resultados positivos que conlleva en lo que respecta a prevención e identificación temprana de enfermedades, diagnósticos más precisos y tratamientos y medicamentos más eficientes.

A partir del avance de dicha transformación en el sector nos encontramos con obstáculos y limitantes que las distintas organizaciones debieron enfrentar para darle continuidad y llegar a buen puerto.

En suma, comprendimos y validamos la centralidad de la figura del paciente, la importancia de motivar a los profesionales de la salud en apoyar este proceso y la necesidad de promover un trabajo colaborativo entre los sectores público y privado para lograr sistemas de salud equitativos y sostenibles soportados por tecnología.

Pero entre la gran cantidad de temas a los que dedicamos atención existe uno en particular del que poco se habla y que merece un foco especial dada su injerencia en el cuidado y la atención de las personas: cómo impactan las nuevas tecnologías en el día a día del personal de enfermería.

Enfermeras y enfermeros han experimentado una evolución positiva en los últimos años al convertirse en un actor relevante en la prestación de servicios de salud enfocados en el paciente.

Importantes referentes dedicados a este tema coinciden en el valor agregado brindado por herramientas digitales a las tareas lideradas por el equipo de enfermería en áreas como la enfermería asistencial, gestión de servicios, docencia e investigación, convirtiéndose así en soportes de su labor cotidiana.

Por otra parte, dichas tecnologías, lejos de suplantar al personal de enfermería, cumplen con brindarles un valioso apoyo, seguridad y hacer realidad el propósito esencial de toda enfermera/o que es ni más ni menos que reducir todo lo posible el tiempo dedicado a procesos administrativos y aprovechar al máximo el tiempo de trabajo para dedicarlo a la atención y el cuidado del paciente.

Numerosas herramientas tecnológicas están actualmente soportando al personal de enfermería en su trabajo diario, permitiéndole realizar sus tareas de una manera precisa y eficiente.

Entre ellas podemos citar:

• Dispositivos móviles y apps para registrar, almacenar y recopilar datos médicos.
• Herramientas para programar la atención de los pacientes y automatizar tareas rutinarias.
• Alarmas de alerta vinculadas a signos vitales de los pacientes.
• Dispositivos médicos que automatizan el ejercicio de realizar punciones.
• Gadgets para asegurar una debida comunicación entre enfermeros/as, pacientes, médicos y cuidadores.
• Tecnologías para el etiquetado y rastreo de dispositivos médicos y medicamentos.
• Calculadoras para la preparación de medicación a pacientes.
• Traductores de idioma con lenguaje sanitario.

Y dado que la tecnología evoluciona permanentemente, surgen a diario nuevos aportes de tono claramente disruptivo, como ser:

• Inteligencia Artificial aplicada a enfermería, la cual a partir de algoritmos que procesan gran cantidad de información facilitan la toma de decisiones basadas en evidencia y mejoran la calidad del cuidado.
• Realidad Virtual enfocada en la capacitación de enfermeras/os, aprovechando la posibilidad de adquirir y practicar conocimientos en un entorno similar al de la vida real.
• Ingeniería Robótica para movilizar y transferir pacientes de condiciones especiales y transportar medicamentos, insumos, alimentación y suministros.

En lo que respecta a educación, ya desde el 2016 la OPS / OMS instó a sus países miembros a que, como parte de sus esfuerzos para avanzar hacia la salud universal, transformen la educación en enfermería.

En este sentido, en abril de 2023, se aprobó en Argentina la ley de Promoción de la Formación y Desarrollo de la Enfermería. La misma busca jerarquizar a enfermeros/as como profesionales de la salud, establecer los mecanismos para favorecer su formación continua y de calidad, e incrementar la cantidad de trabajadores según las necesidades de cada provincia.

Frente a todos estos avances y el surgimiento constante de nuevas herramientas que impactan en sus tareas, es vital que los profesionales de enfermería se mantengan actualizados en su conocimiento, usos y beneficios, que adopten una actitud positiva en cuanto a la adopción de las mismas y que tengan un rol, activo en el diseño y rediseño de las soluciones tecnológicas en función de las necesidades de la práctica clínica.

Diego Rinaldi es Bachiller en Ciencias Políticas y Licenciado en Relaciones Internacionales egresado de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, Argentina y cuenta con posgrados en ventas y liderazgo ejecutivo en Harvard Business School de Boston Massachusetts, USA. Cuenta con más de treinta años de experiencia profesional en la industria de la tecnología informática. Hoy es socio y líder comercial y de estrategia de negocios en GoTools. Conector de TISAC.