Desafiando las Fronteras de la Salud con Tecnología en Malta

 

Hace unos días, me encontraba inmersa en una experiencia trepidante en la conferencia Med-Tech World en Malta. A través de estas líneas quiero compartir contigo las resonancias profundas que esta experiencia dejó en mí y en muchas de las brillantes mentes que se unieron en este evento excepcionalmente organizado por Dylan Attard y Giovanni Lauricella.

La energía que fluía en el aire estaba cargada de dinamismo, con startups innovadoras, ponentes expertos e inversores apasionados convergiendo con un propósito singular: redefinir la salud a nivel global. Desde prevención, diagnóstico y tratamientos hasta ética y seguridad de datos, la conversación se centró en transformar radicalmente la forma en que pensamos la salud, utilizando la innovación y la tecnología como recursos indispensables.

Una de las reflexiones más poderosas que surgieron dentro de los dos días de contenido estrepitoso se centró en la salud de las mujeres. ¿Sabías que las mujeres constituyen la mitad de la población mundial y representan una oportunidad de negocio de 1 billón de dólares? 

A menudo se pasan por alto nuestras necesidades de salud que son únicas: la maternidad, la salud reproductiva-sexual, la menopausia, son temas que han sido ignorados durante mucho tiempo. La pregunta que resonó en las mentes de muchos/as fue: ¿cómo podemos abordar estas brechas? La respuesta estaba clara: fusionar tecnología con atención a las mujeres, Femtech. 

Me llenó de orgullo ver que esta área tenía su lugar legítimo y central en la conferencia, incluso siendo honrada con una nueva categoría de premios en Med-Tech Awards. Dentro de esta conversación se destacó la necesidad de una conciencia más amplia, la salud de las mujeres no es simplemente un tema femenino, es un tema humano, y necesitamos involucrar a todos para asegurar un impacto significativo.

Otra área crucial de discusión fue la ética en el uso de grandes volúmenes de datos y de la inteligencia artificial. La premisa fundamental fue clara: las personas debemos estar en el centro. La relación entre pacientes y profesionales de la salud debe ser el punto de partida, y los datos deben utilizarse para análisis predictivos con el objetivo de prevenir enfermedades. La tecnología, se argumentaba, tenía el poder de transformar esta premisa en realidad, asegurando que los datos se utilizaran para el beneficio de las personas y no simplemente como activos comerciales.

El ámbito de la salud mental también ocupó un lugar destacado en las discusiones. La tecnología esta demostrando ser una herramienta invaluable para garantizar que todos estemos en la misma página, facilitando la conexión y el seguimiento entre pacientes y terapeutas. Además, empoderar a los pacientes para co-crear su propia atención, brindando una sensación de control y agencia que a menudo se pierde en el ámbito de la salud mental.

Por mi parte, participé como ponente junto a Joel Ugborogho en una mesa de discusión sobre los principios de la salud digital inclusiva que nos permita asegurar la accesibilidad y los beneficios para todos, especialmente en los países en vías de desarrollo. 

 

 

Todas estas reflexiones y discusiones se dieron en esta pequeña isla en medio del Mediterráneo, que en la Primera Guerra Mundial se convirtió en el hogar temporal de los cerca de 100.000 soldados heridos que llegaban hasta allí para recibir cura para sus dolencias físicas. Fue así como Malta se transformó entonces en la «enfermera del Mediterráneo».

Hoy en día Malta demuestra ser un destino ideal para empresas que buscan su primer aterrizaje en Europa. Con un sistema de salud de primera línea y una diversidad de población perfecta para ensayos clínicos y testeo de nuevas innovaciones. Malta ofrece no solo una ubicación geográfica estratégica, sino también un ambiente propicio para la innovación en el campo de la salud.

Más allá de las discusiones formales y las innovaciones tecnológicas, lo que realmente hizo que este evento fuera inolvidable fue la conexión humana, y es lo que seguramente recordaré de aquí a unos años 

Fue un placer encontrarme con Andy Bleaden, Coordinador de Ecosistemas en Echalliance del cual desde TISAC somos parte. Andy me presentó a otras lideres de comunidades como Delyth James de Life Sciences Hub Wales. 

No puedo dejar de mencionar, también, la alegría que sentí al encontrarme con amigos y amigas de España como: Aline Noizet, Marja Huiskamp, Patricia Ripoll, Denys Stukalenko, Oliver Smith, Marta Campo Ruano, Pilar Fernández Hermida,  Ana Garcia Poyo, Amparo Santamaría, entre otros y por supuesto encontrarme con otros latinos afincados en Europa como Jhonatan Bringas Dimitriades y Joia Núñez. 

Estos encuentros me permiten desvirtualizar a muchas personas que he conocido en los últimos años y me brindaron la oportunidad de encontrarme en persona con Stefan Buttigieg, Sanchita Pasi, Quy Vo-Reinhard, entre otros Cada conversación, cada risa compartida y cada idea intercambiada agregan capas de significado a esta experiencia inolvidable, y sobre todo a afirmar a la que elegido como profesión: la búsqueda incansable de llevar la Salud Digital para todos/as.

Malta ha logrado una comunidad global de Medtech con ideas, aliados y la determinación de avanzar hacia un mundo donde la tecnología no solo transforma la atención médica, sino que también transforma vidas. 

Estoy ansiosa por ver cómo estas ideas se convertirán en acción en los próximos años. 

Además, espero con interés los futuros encuentros y las conexiones que seguirán surgiendo, construyendo un puente sólido hacia un futuro donde la tecnología y la humanidad se entrelazan para el bienestar de todos.

¡Malta, nos vemos en 2024!